Padres nihilistas, hijos realistas

Padres nihilistas, hijos realistas

Las protestas estudiantiles que tienen movilizado a Chile se deben, quizás, a que ha cambiado de una forma radical la relación entre padres e hijos. Una relación que es justo la contraria a la que suele esperarse entre una generación madura y otra por madurar.

Tiempo de lectura: 15 minutos

Una sonrisa durante un segundo de televisión: entre pregunta y pregunta de los panelistas de Tolerancia Cero —el programa de debate político más importante de la televisión chilena, que el día 11 de septiembre pasado invitó a los dos líderes estudiantiles más importantes del país— Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile (FEUC), le sonrió a Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).

—Con risitas no se resuelven las cosas, eso es arrogancia —se indignó el panelista Fernando Villegas, sociólogo y columnista, empeñado esa noche en echarle en cara a los dos dirigentes estudiantiles su juventud—, porque ustedes se las saben todas, porque nosotros los viejos no servimos para nada.

¿Por qué Camila Vallejo y Giorgio Jackson han logrado movilizar en Santiago de Chile a ciento cincuenta mil personas, no sólo estudiantes, que salieron a las calles en varias marchas sucesivas para pedir que la educación en el país, tanto privada como pública, deje de tener fines de lucro y que el dinero se reinvierta en la institución, y no en los socios? ¿Cómo lograron, cuatro meses después de las primeras marchas que comenzaron a mediados de mayo, tener inmovilizado el país, destruir la popularidad del presidente Piñera (que sólo llega a 30% según la última encuesta Adimark), forzar un cambio de gabinete que arrastró consigo al ministro de Educación Joaquín Lavín? En Chile, la educación es, proporcionalmente, la más cara del mundo. El costo promedio de una carrera en una universidad pública es de 3 400 dólares al año, equivalentes a 1 746 784 pesos, en un país donde el ingreso mensual promedio de la clase media es de 752 000 pesos. En paralelo, el gasto público en educación superior es de apenas 0.5% del PIB, el más bajo a nivel mundial.

Aquel día, en Tolerancia Cero, Giorgio y Camila, productos ambos de los privilegios y la segregación del sistema (de la educación privada, Giorgio, de la universidad pública, Camila), sonreían como dos niños desobedientes ante la ironía de los viejos cascarrabias.

Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile.

Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile.

—¿Te das cuenta de que esa sonrisa cambió todo? —le digo a Giorgio Jackson, quien está sentado en la galería del Drugstore, un centro comercial favorito de los intelectuales locales. Tampoco yo puedo evitar el tono aleccionador de los adultos ante Giorgio, tan visiblemente joven, barba rala y roja, cara blanca, ojos pequeños, un complicado pañuelo con flecos sobre una camisa de leñador a cuadros, protegido por un abrigo Montgomery verde oliva con la capucha levantada, que lo hace ver como un novicio medieval—. Hasta ese momento iban mal, el movimiento ya estaba empezando a cansar a la gente, pero de pronto ustedes se sonrieron y nos acordamos de cuánto nos había gustado el movimiento.

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