La pandemia frenó la llegada de miles de visitantes a Cartagena, cerrando hoteles, playas y restaurantes. En uno de los puertos más importantes de América Latina, unas 200 mil personas viven del turismo y hoy intentan sobrevivir. Los barrios más pobres de la ciudad, sin los servicios básicos más elementales, luchan para que no falte un plátano y un pescado.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo entregó su segundo reporte del año.