Murió el dictador guatemalteco considerado como el más sanguinario de América Latina, Efraín Ríos Montt a los 91 años de edad.
Por casi un siglo, México pretendió olvidar un genocidio que acabó con la vida de alrededor de 300 migrantes chinos, asesinados, mutilados, desvestidos y saqueados durante la Revolución Mexicana. La historia fue borrada. Hoy existen muchas versiones.
El genocidio de este país africano es uno de los capítulos más horribles del siglo XX. En cien días, entre abril y julio de 1994, unas 800 mil personas fueron asesinadas: 330 asesinatos por hora, cinco por minuto. Han pasado veinte años desde esa matanza y la versión oficial dice que el país está recuperado. Sin embargo, la realidad es más oscura. La información que circula es controlada y los habitantes temen hablar del pasado.