Cada año la academia de Hollywood tiene una oportunidad para rebelarse en lo político y en las formas. Esto, si premiara cintas que cuestionaran el lado oscuro de la cultura estadounidense o el estado de las imágenes. Casi nunca sucede. La tibieza, los intereses ejecutivos y la mano de críticos desinteresados mantienen a Hollywood lejos de cualquier subversión.
Aunque Greta Gerwig y Margot Robbie no están nominadas por su trabajo como directora y actriz, respectivamente, en los premios Oscar 2024, son la cresta de un movimiento que lleva décadas en lucha por expulsar del cine la mirada cosificante y que Hollywood apueste por miradas tan críticas como sensibles hacia la lucha de las mujeres.
Denis Villeneuve tenía en sus manos la oportunidad de construir un mundo épico con Dune: Part Two, alejado de la simpleza del puñetazo y las explosiones para sumergirse en las complejidades de sus protagonistas. Por desgracia, eligió el camino dominguero de Ridley Scott en una gesta con bonitas postales, pero sabor melodramático y sin la malicia que le conocimos en Blade Runner 2049.