Milo, Mel y Mayel: La música a los cuarenta

Milo, Mel y Mayel: La música a los cuarenta

Milo, Mel y Mayel son un trío musical experimentado pero no por ello menos provocador.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Milo, Mel y Mayel reúne a tres figuras que han dejado una huella en esa ambigua, pero poderosa escena que es el rock latinoamericano. El productor argentino Camilo Froideval (Milo), Melchor Magaña (Mel), ex integrante de Los Nena e Ismael “Tito” Fuentes (Mayel) de Molotov, ya eran grandes amigos cuando decidieron darse la oportunidad de hacer un proyecto entre ellos. “Nos juntamos antes de que surgiera la idea, de pronto la idea ya era hacer el disco”, cuenta Fuentes. El nombre del ensamble responde a los apodos de cada uno, y aunque sólo era un título temporal, se quedó para siempre.

Gatopardo platicó con este trío de músicos experimentados, pero no por ello lejanos a un sonido fresco y provocador.

Gatopardo: Milo, eres mejor conocido por tu trabajo tras bambalinas. ¿Por qué decidiste saltar al escenario?

Milo: Soy más penoso, me gusta estar detrás, pero también en un momento te cansas de siempre estar colaborando con la música de otro, proyectos con los que participas por un determinado tiempo. Entras a ser parte de un proceso, luego te sales y la banda continúa su carrera. Después de hacerlo muchos años, de hacer muchos discos, empiezas a sentir las ganas de hacer algo que sea más tuyo. Como decía Tito, no fue una idea de vamos a hacer una banda. Nos empezamos a sentir bien tocando juntos, y en ese momento sentí que era el mejor momento para hacer algo que fuera como mío

G: ¿Cómo influye su experiencia previa en este proyecto, Milo, Mel y Mayel?

Mayel: Tiempo-escenario, que es como tiempo de vuelo. Ya sabes que si desconectaste un pedal lo puedes conectar con la orilla del pie, mientras cantas e intentas llegar a la nota. Si no te oyes tan bien es como volar con el piloto automático y así, ese tipo de cosas. Te ayuda la experiencia, y en una grabación también, ya no estás con chavitos. Sólo hay que estar bien en el tempo.

Milo: Como te conoces tanto con el otro, piensas “con el sonido de Mayel va a sonar así”. La experiencia te da saber moverte por el estudio de otra manera.

Mayel: Además, es más padre cuando la gente te pone atención por lo que dices, no por lo que ya conocen de ti, es como ir empezando. Volver a sentir eso es increíble.

G: ¿Cuánto tiempo tienen trabajando en Milo, Mel y Mayel?

Mayel: Las canciones existen desde hace mucho, principios de siglo. El sencillo “Weba”  salió en el 2014. Pasó un par de años en lo que escribíamos más canciones, hacíamos más arreglos y dijimos “Ya güey, hay que grabar. Es importantísimo ese paso, si no, no sale nunca”.

G: ¿Es arriesgado lanzar un proyecto así en estos tiempos?

Mayel: No solo la industria está mal: la sociedad está mal, el país está mal, se necesitan este tipo de válvulas de escape.

Milo: Y además está mal hace mucho. Como dice la canción “Weba”, estaba jodido cuando vinimos aquí, estaba jodido cuando llegamos, entonces te lo pasas lo mejor posible y haces cosas para divertirte.

Milo, Mel y Mayel interiores

G: ¿Cómo fue el proceso de producción del primer disco de Milo, Mel y Mayel?

Mayel: Muy divertido. Los tres en vivo, como three piece band y luego los overdubs, lo que se nos fuera ocurriendo, un par de vueltas a ensayarla y se quedaron muchas tomas en vivo. Los layers básicos nos los echamos como en una semana en el estudio en Buenos Aires.

Milo: Mucho tuvo que ver con los conocidos Social Mondays, que el lunes es como el domingo del músico que toca los fines de semana, entonces los lunes es el día que tiene libre. Los lunes eran el día que teníamos libre para llegar a terminar el disco. Muchos de esos lunes fueron los que permitieron hacer el disco.

Mayel: Lo profesional no le quita lo divertido, entonces estás con adultos, puedes desvelarte y tu agenda se va recorriendo pero no te sientes ni mal, estás justo rodeado del ambiente que funciona con tu postura de vida y tu música.

G: ¿Cómo definirían el sonido de este proyecto?

Mayel: Es bastante sucio, pero está controlado por las maneras de registrar, pero nos gusta lo sucio, es como cuando oyes a un cantante de gitano que parece que trae distor en la voz. No, es la voz de la experiencia, de viejos lobos de mar.

Milo: Tiene una rudeza… tiene algo que yo llamo el detalle del audífono. Si lo escuchas como, en la radio, escuchas mucho las guitarras distorsionadas, pero con audífonos vas a descubrir detalles, como tecladitos que entran y salen, coritos, ruiditos extraños. Tiene esos detalles más finos.

G: Llevan muchos años en esto, y los tres rebasan los 40 años. ¿La edad influye en este proyecto?

Mayel: Las cosas son diferentes. Hasta en un toquín platicas cosas más interesantes que los güeyes de 20 años. Ya vivimos eso. Yo llevo desde los 18 años echando desmadre y va cambiando, ya no salimos todas las noches, sigue siendo una cosa muy divertida, nunca pensando en el rockstar porque es una cosa que pone la sociedad. No es nuestra culpa.

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