El tocadiscos de Ramón Rojo y Sonido La Changa

El tocadiscos de Ramón Rojo y Sonido La Changa

La historia y legado de Ramón Rojo, creador de Sonido La Changa, en la música popular mexicana.

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En 1968, el éxito de una fiesta dependía en gran medida del tocadiscos. El nombre englobaba algo que va más allá del aparato: La clave estaba en el operador y su selección musical. Ramón Rojo, creador del icónico Sonido La Changa, comenzó así, tocando discos. Este año, su proyecto cumple 48 años, y se le atribuye la popularidad actual de la música tropical en México. El 5 de mayo, Sonido La Changa se presentará con Sonido Gallo Negro en un show especial en el Lunario del Auditorio Nacional para rendir homenaje a la tradición sonidera mexicana.

“Sonido La Changa es prácticamente cultura popular mexicana, te guste el rock, te guste el jazz, tienes un referente de lo que es”, dice Gabriel López, guitarrista de Sonido Gallo Negro, en entrevista con Gatopardo. “Si estamos abordando la música tropical como Sonido Gallo Negro, pensamos que la cultura sonidera es la manera en que México aterrizó como suyos estos géneros. El sonidero creó toda una cultura tropical con esencia mexicana”.

Todo empezó cuando Ramón Rojo, originario de Tepito, se hizo de sus primeros discos – en vinil, por supuesto. Sus tíos compraron un lote de acetatos usados y Rojo intercambiaba ropa por discos en distintas zonas de la ciudad, como las Lomas de Chapultepec. “Los primeros discos fueron de la Sonora Matancera, Celia Cruz, Daniel Santos”, recuerda Rojo, quien tenía 18 años cuando inició su colección. “Antes de tener el sonido, yo bailaba en las vecindades del barrio. Ahí conocí la música tropical de la Sonora Matancera, eso fue lo que me motivó”.

Además de bailar, Rojo vendía viniles –y ponía música– en su puesto en Tepito. Un día, una señora de la colonia Clavería, en Azcapotzalco, le preguntó cuánto cobraba por rentar su tocadiscos para una fiesta. “Nunca me habían dicho eso y dije que sí, y me preguntaron cuánto cobraba, dije que 25 pesos y que me pagara el taxi. No lo hacía con la cuestión de hacer negocios”, recuerda el creador de Sonido La Changa, quien ahora cuenta con cerca de 50 toneladas de equipo y un staff de 16 personas

El siguiente paso de Rojo fue poner música en tardeadas de las vecindades del centro de la ciudad. El fenómeno creció, y de pronto, Sonido La Changa tenía docenas de presentaciones en el interior de la república. En 1994, un promotor de Los Ángeles los contrató para tocar en el Hollywood Palladium. Rojo y su staff no tenían papeles para entrar a Estados Unidos, así que pasaron de mojados. “El promotor me enseñó un anuncio en un periódico, y decía sold out en letras grandotas. Yo no sabía qué significaba eso. ‘¡Todos los boletos están vendidos!’, me dijo. Nunca se me va a olvidar”, cuenta Ramón Rojo.

En 2014, Ramón Rojo y Sonido La Changa rompieron otra frontera, esta vez dentro de su propia ciudad. El Vive Latino –que en años recientes ha incluido en su cartel actos populares como los Ángeles Azules y los Tigres del Norte– recibió a Sonido La Changa con los brazos abiertos. El público de este festival era nuevo y diferente para Rojo, quien recuerda su presentación ahí como algo muy lindo, pero corto: “Sólo nos dieron 60 minutos y la gente pedía más”.

La reciente adopción de los ritmos tropicales en la escena musical independiente le ha dado un nuevo campo de experimentación a los artistas locales. Esta apertura ha resultado en propuestas frescas y hasta un renovado sentido de identidad en artistas y auditorio. “En su momento se renegaba mucho de la cultura popular mexicana, y me incluyo, todos los de la banda nos incluimos, pero al hacernos músicos, con el paso del tiempo aprendimos a valorar otros géneros”, dice Israel Martínez, bajista de Sonido Gallo Negro, quien señala a Ramón Rojo como una de las principales influencias de la banda. “Lo hacemos con mucho gusto, y sin pena, sin satirizar el género”, agrega el guitarrista Gabriel López.

“Sin ninguna pretensión, hemos llegado a gente tan importante en el género como es Sonido La Changa, y cuando ya ves en perspectiva, se convierte en algo raro poder compartir escenario con él. Es una leyenda en cuanto a lo que hace, hay mucho respeto en cuanto a lo que hace y lo que sigue haciendo”, concluye Martínez.

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Sonido Gallo Negro + Sonido La Changa
Jueves 5 de mayo, 21 horas
Lunario del Auditorio Nacional
lunario.com.mx

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