
Vista actual de la fachada del Hotel Fontán Reforma, con la Alameda al fondo.
El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
Un viaje a través del tiempo
La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Al año siguiente nació B Artesanal, una plataforma para artesanos y productores locales. En 2023, Hotel Fontán Reforma obtuvo la certificación como Empresa B, reafirmando su compromiso con el planeta, la comunidad y una hospitalidad regenerativa.
Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
Un viaje a través del tiempo
La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Al año siguiente nació B Artesanal, una plataforma para artesanos y productores locales. En 2023, Hotel Fontán Reforma obtuvo la certificación como Empresa B, reafirmando su compromiso con el planeta, la comunidad y una hospitalidad regenerativa.
Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
Un viaje a través del tiempo
La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Al año siguiente nació B Artesanal, una plataforma para artesanos y productores locales. En 2023, Hotel Fontán Reforma obtuvo la certificación como Empresa B, reafirmando su compromiso con el planeta, la comunidad y una hospitalidad regenerativa.
Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
Un viaje a través del tiempo
La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Al año siguiente nació B Artesanal, una plataforma para artesanos y productores locales. En 2023, Hotel Fontán Reforma obtuvo la certificación como Empresa B, reafirmando su compromiso con el planeta, la comunidad y una hospitalidad regenerativa.
Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
Un viaje a través del tiempo
La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Al año siguiente nació B Artesanal, una plataforma para artesanos y productores locales. En 2023, Hotel Fontán Reforma obtuvo la certificación como Empresa B, reafirmando su compromiso con el planeta, la comunidad y una hospitalidad regenerativa.
Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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El Hotel Fontán Reforma celebró sus 40 años de vida, a lo largo de los cuales ha sido refugio, testigo y protagonista de la historia urbana de la capital mexicana.
En pleno Paseo de la Reforma, uno de los espacios más memorables de la Ciudad de México, el Hotel Fontán Reforma celebró sus primeros 40 años con un recorrido por su propia memoria. Fotografías, objetos y atmósferas recrearon los momentos que moldearon a un hotel que ha sido hogar de viajeros, inspiración para artistas y cobijo para quienes buscan un respiro en la intensidad del Centro Histórico.
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La historia del Fontán inicia en los años ochenta, cuando en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se vivía una desarrollo acelerado. Sus muros capturaban la energía de una capital que no dejaba de crecer. Tras el sismo de 1985, cuando la ciudad se detuvo, el hotel abrió sus puertas a todo mundo para servir de refugio y ofrecer café y esperanza. Desde sus ventanas se vio a la ciudad levantarse de nuevo.

La década de los noventa trajo consigo luces de neón, vida nocturna, la expectativa del nuevo siglo. El Fontán se convirtió en punto de encuentro para periodistas, músicos, viajeros curiosos y amantes del Centro Histórico. Mucho antes de que los tours por la ciudad se popularizaran, el hotel ya organizaba recorridos por la Alameda y Bellas Artes, abrazando el turismo cultural desde su privilegiada ubicación.
Con los 2000 llegó otra transformación. Reforma adoptó el servicio público de bicicletas y el Fontán la convirtió en símbolo de libertad, movilidad limpia y comunidad. El arte urbano, la sustentabilidad y una visión más consciente empezaron a definir su identidad. En 2018, el Paseo de la Reforma fue reconocido por National Geographic como una de las avenidas más fotogénicas del mundo. Dos años después, la pandemia obligó a detener el paso, pero el hotel convirtió la pausa en oportunidad. Por eso en 2021 renació con una visión centrada en el bienestar y la sustentabilidad: ese mismo año surgió Hotel B Urban Xaman, un oasis contemporáneo, y Xkina Reforma, una terraza donde el arte y la música retomaron su espacio.

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Con la mirada puesta en 2045, el Fontán trabaja para consolidar un modelo vivo de hospitalidad consciente.
Un legado familiar que mira hacia adelante
Durante la charla conmemorativa del aniversario, Beatriz Tinajero Tarriba, directora de Hoteles BF, expresó: “No ha sido un camino fácil, pero agradezco a todas las personas que han sido parte de esta historia: a los viajeros que nos confían su descanso; al equipo que con sonrisas, energía y empatía mantiene vivo este espacio; a proveedores, artistas y aliados que caminan con nosotros; y a nuestras familias que han sostenido con amor nuestro propósito”.
A 40 años de su nacimiento, el Hotel Fontán Reforma reafirma su vocación: ser un espacio donde la hospitalidad es comunidad, donde cada huésped deja una historia y la Ciudad de México del futuro se imagina desde el presente.
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