¿Cuántas mujeres artistas hay en las colecciones de los museos mexicanos?

¿Cuántas mujeres artistas hay en las colecciones de los museos mexicanos?

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Tiempo de Lectura: 00 min

La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
Josefa Sanromán (atribuido). Sin titulo (Retrato de dama). Siglo XIX. Colección Kaluz.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

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Realización de
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Traducción de

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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Archivo Gatopardo

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

Josefa Sanromán (atribuido). Sin titulo (Retrato de dama). Siglo XIX. Colección Kaluz.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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¿Cuántas mujeres artistas hay en las colecciones de los museos mexicanos?

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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¿Cuántas mujeres artistas hay en las colecciones de los museos mexicanos?

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

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A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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¿Cuántas mujeres artistas hay en las colecciones de los museos mexicanos?

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Texto de
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Traducción de
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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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Texto de
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Traducción de
Josefa Sanromán (atribuido). Sin titulo (Retrato de dama). Siglo XIX. Colección Kaluz.
19
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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

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La historiadora del arte y curadora Karen Cordero Reiman seleccionó algunas de las obras realizadas por mujeres artistas de la colección Kaluz que, en conjunto con piezas de otros museos y colecciones privadas, conforman la exposición [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

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A pesar de que la labor de recuperar la obra de mujeres artistas se ha realizado desde hace varios años en México, su lugar dentro de los museos continúa siendo escaso, su proporción en las colecciones todavía es menor en relación con las obras hechas por hombres. En 2022, en las colecciones de algunos museos de la Ciudad de México, según datos que los propios museos brindan, las obras realizadas por mujeres nunca sobrepasan el 25%. Esa es una de las inquietudes de las que partió la nueva exposición del Museo Kaluz: [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas.

“[Esto] surge de una invitación que hace dos años me hizo el Museo Kaluz para realizar una exposición sobre la obra de mujeres artistas de su colección”, comentó Karen Cordero Reiman, reconocida historiadora del arte, feminista y curadora de la muestra, en entrevista para Gatopardo. Luego de revisar la colección Kaluz, Cordero Reiman decidió que la exhibición cuestionara el lugar de las mujeres dentro de las colecciones en México porque “su proporción es reducida y abre un campo de reflexión importante”.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas continúa, entonces, el importante trabajo que desde hace varias décadas se ha hecho en el país. “Todo ese conocimiento que se ha ido sumando, en conjunto con las reflexiones metodológicas que han sido parte de ese proceso, fueron el punto de partida”, precisó Cordero Reiman.

A través de una selección de obras en diferentes medios, lo que presenta el Museo Kaluz reúne a mujeres artistas de un periodo que abarca desde el siglo XVIII hasta el presente. Sobre la manera en cómo esta muestra aporta al trabajo de recuperación, la curadora contestó: “La reflexión sobre mujeres artistas ha sido más en el ámbito del arte contemporáneo, aunque no exclusivamente, ha habido exposiciones sobre partes específicas, por ejemplo, las mujeres surrealistas o las artistas del siglo XIX, pero creo que no ha habido una exposición en México que combine y ponga en diálogo obras de diferentes medios y de diferentes épocas”.

La revisión de las obras representó un reto de curaduría debido a que las piezas del Museo Kaluz provienen de un único coleccionista, el empresario Antonio del Valle Ruiz, lo que implica ciertas limitaciones, ya que la colección responde a un gusto específico tanto en soporte como en temática; por ejemplo, muchas de las obras son de la pintora española, exiliada en México, Elvira Gascón. Sin embargo, Cordero Reiman eligió sesenta de 149 obras —de 39 mujeres artistas—, en las cuales encontró tres temas: cuerpxs, entorno e imaginarios. “Y empecé a pensar cómo utilizar esas obras para propiciar una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva de género para un público general”, comenta. A esta primera selección de la colección del Museo Kaluz, le sumó 49 obras de distintas colecciones privadas, obras prestadas por autoras contemporáneas, así como otras del Centro de la Imagen, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Jumex y el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC).

Más que una exposición panorámica, [RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas es una exposición temática: nos muestra cómo autoras de tres siglos —y una sola autora del siglo XVIII— han abordado ciertos temas. Las tres secciones, por cierto, están divididas en pequeños núcleos. Cuerpxs se divide en “mujeres mirando a mujeres” y “encontrando/mirando a otrxs”; Entornos se divide en “entorno doméstico”, “entorno natural” y “entorno construido”. No se trata, tampoco, de una exposición de nombres, sino que la muestra se construye a partir de algunas de las inquietudes de las artistas. “No pretendo que esta exposición sea una especie de directorio de las mujeres artistas importantes en México”, confirma Cordero Reiman, “la exposición no pretende dar una visión histórica, tiene un enfoque más conceptual, temático”.

En algunos núcleos abundan las obras en soportes específicos, como en el caso de “encontrando/mirando a otrxs”, compuesto por la pieza textil Caída libre, de Irma Sofia Poeter, y las pinturas de María Izquierdo, Manuela Ballester y Josefa Sanromán, entre otras; las piezas de esta sección resaltan —con sutiles rasgos en el caso de las obras del siglo XIX e inicios del XX, y con mayor énfasis en las obras contemporáneas— la vulnerabilidad de la identidad masculina normativa.

Lucinda Urrusti, Desnudo de espalda, ca. 1960. Colección del Museo Kaluz.

El otro núcleo que conforma la sección Cuerpxs, “mujeres mirando a mujeres”, recopila la manera en que artistas de diferentes épocas representaron a otras mujeres, así como las posibilidades de la autorrepresentación; hay en este núcleo una mayor variedad en los soportes de las obras, pues se incluyen piezas fotográficas, como La munda de Erika Bülle; instalaciones de artistas como Carla Rippey; piezas textiles creadas de manera colectiva; retratos elaborados por pintoras del siglo XIX y principios del XX; hay una pieza de Élisabeth Vigée Lebrun, importante retratista francesa del siglo XVIII, así como una serie de dibujos de Elvira Gascón.

Entornos, la sección más grande de la exposición, compila una diversidad de acercamientos y representaciones del espacio físico. “Entorno natural”, quizá el núcleo más convencional de la muestra, presenta las obras de mujeres en los géneros pictóricos del paisaje y la naturaleza muerta. En cambio, “entorno doméstico” y “entorno construido” proponen un interesante diálogo entre el espacio público y el espacio privado. Por un lado, “Entorno doméstico”, compila obras desde el bodegón del siglo XIX hasta series fotográficas que sugieren con ironía la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia doméstica, es el caso de la serie de fotografías “Cascos protectores” de Tania Candiani. Por otro lado, el núcleo “entorno construido” está formado por piezas en varios soportes que documentan el crecimiento urbano, sus efectos y su relación con la violencia y el desplazamiento de personas.

La sección final de la exposición, “Imaginarios”, gira en torno a esta pregunta: ¿cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, a concebir y crear otros futuros? Consta de instalaciones de artistas contemporáneas y una pieza textil en constante creación, la cual se va expandiendo con los tejidos que las asistentes pueden realizar en un taller de tejido que se realiza en el museo.

En paralelo al recorrido, el Museo Kaluz ha publicado un catálogo en el que destacadas historiadoras del arte y artistas, como Mónica Mayer, Ana Garduño, Silvana Gesualdo, Miriam Mabel Martínez y la propia Karen Cordero Reiman, abordan las obras y las problemáticas planteadas a lo largo de la exhibición desde los estudios de género. “Mi idea es tratar de abrir el tema a un público más amplio, a través de la exposición y del catálogo que tiene ensayos de diversas expertas, que el público general pueda participar de estas reflexiones sobre la experiencia de las mujeres en el arte, de las desigualdades y ausencias en esta historia”, afirma la curadora.

Además del recorrido y el catálogo, en la exposición se muestra el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos que prestaron sus piezas.

Aquí están los datos, de mayor a menor porcentaje:

El MUAC tiene la proporción más alta, con 25 %. En el Museo Jumex es del 20 %. En el Museo de Arte Moderno es del 16.65 %. En el Museo Kaluz, 15.12 %. En el Museo Tamayo se trata del 14.61%. En el Museo de Arte Carillo Gil baja a 11.95 %. En el Museo Nacional de Arte baja aún más, a 9.7 %. Finalmente, en el Museo Nacional de San Carlos se reduce al 1.70%.

[RE]Generando narrativas e imaginarios: las artistas mexicanas se inauguró el sábado 15 de octubre y estará disponible en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023.

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