Gatopardo conversó con la periodista mexicana y fundadora y directora general de Dromómanos, Alejandra Sánchez Inzunza. Nos cuenta las actividades de la edición 2022 del Dromofest y los retos del periodismo de investigación en América Latina.
Dromómanos es una productora independiente de proyectos periodísticos especializada en reportajes profundos e historias de largo aliento. Fundada en 2011 por Alejandra Sánchez Inzunza y José Luis Pardo Veiras luego de viajar por toda América Latina durante dos años, esta productora ha realizado y coordinado trabajos periodísticos en más de veinte países. Gracias a su trabajo han obtenido premios como el Ortega y Gasset y el Nacional de Periodismo de México. Desde 2021 realizan el Dromofest: un festival que busca nuevas formas de transmitir el trabajo periodístico.
En la edición de este año el festival será híbrido, con actividades presenciales en la Ciudad de México y virtuales. Durante tres días, activistas, periodistas y especialistas conversarán sobre los temas urgentes en la región —de los que Dromómanos ha investigado durante años—: política de drogas, democracia y medio ambiente. A unos días de realizarse el Dromofest, conversamos con Alejandra Sánchez Inzunza, directora del festival, sobre esta nueva edición, y aprovechamos para preguntarle sobre el estado del periodismo de investigación en América Latina, los retos de realizarlo y el impacto ante las audiencias.
El Dromofest se realizará los días 26, 27 y 28 de octubre. Las entradas están disponibles en https://www.dromofest.com/.
Jair Ortega: Alejandra, me gustaría comenzar pidiéndote que me platiques cómo surgió la idea del Dromofest.
Alejandra Sánchez Inzunza: Dromofest es un festival de periodismo que surge de Dromómanos, una productora independiente de proyectos periodísticos que trabaja en toda América Latina. Llevamos más de diez años investigando sobre los fenómenos más duros que afectan al continente como la violencia, la política de drogas, la migración, el autoritarismo y la democracia, el cambio climático, etcétera. A partir de eso decidimos hacer una experiencia para conectar con todo tipo de audiencias y que el periodismo tuviera otra vida a través de una experiencia de este tipo, y decidimos hacer este festival que es presencial y también es virtual. Es un festival realmente híbrido donde habrá conversaciones, talleres, un networking muy potente, una fiesta, una proyección en el cine. Queremos, a partir de las historias que Dromómanos cuenta, diversificarlas y convertirlas en una narrativa diferente como es Dromofest.
JO: ¿Cuáles serán los temas y los invitados de esta edición?
Alejandra Sánchez Inzunza: En esta edición nos estamos centrando en todo lo que es democracia y autoritarismo, a raíz de cómo la pandemia aceleró ciertas políticas autoritarias en la región; ese es uno de los temas principales. Dromómanos también tiene un proyecto, sobre este mismo tema, que se llama “Aquí mando yo”, entonces nos parece una oportunidad para llevarlo en vivo. También sobre política de drogas, que es uno de los ejes clave de toda la vida de Dromómanos. Y medio ambiente y cambio climático, aunque muy enfocados en cómo es la defensa del territorio. Esos son los tres temas principales.
Habrá tres conversaciones principales en torno a estos temas en el Museo de Antropología. El 27 de octubre estará Helen Mack, una activista guatemalteca que lleva más de veinte años defendiendo los derechos humanos en Guatemala, en Centroamérica en general, pero principalmente en ese país. A raíz de que hace veinte años, durante la guerra civil, le mataron a su hermana los militares, ella empezó con este trabajo y hoy las políticas autoritarias y la persecución política en Guatemala la han obligado a exiliarse, ya que tiene un montón de causas abiertas simplemente por luchar contra la impunidad y por la justicia. Ella va a ser entrevistada por Francisco Goldman, un escritor guatemalteco, recién ganador del American Book Award y que fue nominado al Pulitzer por su última novela Monkey Boy, él también ha hecho mucha investigación en Guatemala sobre el asesinato del obispo Gerardi.
Luego tendremos otra conversación sobre política de drogas con Kassandra Frederique, directora de Drug Policy Alliance. Ella es una de las mujeres que ha estado detrás del proceso de regulación del cannabis en Estados Unidos, y va a ser entrevistada por Carmen Aristegui, una charla muy acertada y pertinente en un momento en el que Estados Unidos acaba de descriminalizar los delitos por marihuana y está cambiando el sistema judicial, en ese sentido, a algo menos punitivo por delitos menores de drogas. Un momento, también, en que Gustavo Petro, ante Naciones Unidas, hablaba de la necesidad de cambiar la política de drogas; mientras que en México la regulación del cannabis sigue congelada cuando ya tendría que estar regulada, y se acaba de aprobar una ley de militarización hasta 2028. Son conversaciones que tienen muchos sentidos.
Luego, en el tema medioambiental viene Neidinha Bandeira. Ella es una indigenista que vive en la Amazonía brasileña, en Rondonia, y lleva años defendiendo el territorio y a la comunidad Uru-eu-wau-wau en esa zona. Su trabajo acaba de ser muy visibilizado porque Darren Aronofsky, el productor, se interesó en hacer un documental sobre Rondonia y sobre la comunidad Uru-eu-wau-wau, y fueron a buscar a Neidinha para que fuera la protagonista del documental y Neidinha dijo: “No, si quieres hacer un documental conmigo, tiene que ser con toda la comunidad. Basta de que nos vean a nosotros como los animales exóticos, enséñenos a usar cámaras, métanos a la producción”; de hecho, su hija es una de las coproductoras. El documental va a ser, probablemente, nominado al Óscar, ya ganó en Sundance, está en todos lados. Neidinha va a ser entrevistada por Lorena Arroyo, de América Futura de El País. Van a hablar de estas nuevas formas de defender el territorio y de cómo llevar la lucha a algo más mainstream como un documental de este tipo.
Al día siguiente en Casa UC, en la Condesa, tendremos una conversación entre Jon Lee Anderson, el periodista del New Yorker que ha cubierto todos los conflictos latinoamericanos, con Marcelo Ebrard, sobre izquierdas, América Latina y las nuevas tendencias que hay en la región.
Cada conversación además va a tener un espacio potente de networking donde se van a reunir académicos, activistas, periodistas, gente que trabaja en políticas públicas, gente que está en medios, o sea, en plataformas de contenido; esa es una parte novedosa del festival.
Tendremos también una serie de talleres con temas relacionados. Jacobo García de El País, que ha cubierto conflictos, elecciones, golpes de Estado, desastres naturales en toda la región, va a dar un taller sobre cómo el periodismo ayuda en la construcción de democracia y cómo hacer coberturas difíciles. Alexa Vélez y María Isabel Torres, de Mongabay, van a dar un taller sobre delitos ambientales. Laura Woldenberg es una productora que ha llevado todo lo que ha hecho Netflix, como 1994, Las tres muertes de Marisela Escobedo, y Carol Pires es una periodista y guionista de Al filo de la democracia, que fue nominado al Óscar; ellas van a dar un taller sobre cómo hacer un guion y cómo llevarlo a una plataforma. Everardo González también dará un taller sobre documental y sobre su proceso creativo en La libertad del diablo. Nosotros, Dromómanos, daremos un taller sobre emprendimiento y cómo hacer proyectos periodísticos.
Es un festival realmente híbrido. Eso significa que todas las conversaciones que te estoy contando, los talleres presenciales no, pero las conversaciones van a estar en streaming e incluso el público va a poder preguntar al momento para que sea una experiencia realmente híbrida. La verdad es que está bien completo y es una experiencia muy interesante. Esperamos que ayude a crear comunidad.
JO: Las colaboraciones internacionales en el periodismo han ido creciendo de manera exponencial gracias a las plataformas digitales, y Dromómanos ha colaborado con medios a lo largo de toda América Latina. Con toda esta experiencia y conocimiento del medio, para ti ¿cuáles son los retos del periodismo en nuestra región?
Alejandra Sánchez Inzunza: Hay muchísimos retos en general, pero creo que el gran problema que está enfrentando la región tiene que ver con censuras o agresiones a periodistas, insultos, todo este tema de trolls y ciberespionaje. Es un asunto que dificulta la forma de hacer el trabajo. Creemos en el espíritu colaborativo y, por ejemplo, Dromómanos tiene un proyecto que se llama “Redacción regional” que justo une a periodistas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y México que están enfrentando distintos problemas de censura o de acoso o de exilios, a muchos periodistas que han tenido que salir sobre todo de Nicaragua y de El Salvador. Existe esta redacción regional para acuerparnos entre medios independientes y poder publicarnos.
Sobre todo, nosotros, desde Dromómanos, no tenemos esos problemas, entonces podemos ayudar a que se publiquen cosas que tal vez en sus países no se publicarían o ayudar a periodistas que tengan que salir del país. Eso estamos intentando hacer con la “Redacción regional” y va bien. Yo creo en este tipo de proyectos y cada vez existen más. Existe CLIP, el Centro de Latinoamericano de Investigación Periodística, que está superbien, también hacen alianzas todo el tiempo y sacan temas que es necesario visibilizar. Realmente hay un montón de cosas por hacer en ese sentido, pues hay mucha vulnerabilidad para los periodistas en la región, en todos lados.
JO: Desde tu perspectiva, ¿cuál es el estado en el que se encuentra el periodismo de investigación en América Latina?, sobre todo, en el contexto de censura que mencionas.
Alejandra Sánchez Inzunza: Creo que, si bien hay condiciones difíciles, cada vez hay también nuevas formas de hacerlo. Con esto me refiero a lo colaborativo, o sea, se muestra que por más presión que haya, hay formas de sacar adelante lo que tiene que salir a la luz. Es el caso de El Faro, que es uno de los medios más acosados en toda la región, en este caso por el gobierno de Nayib Bukele, y no para con la investigación, pase lo que pase. Entonces es importante no perder eso de vista.
JO: Las investigaciones periodísticas requieren un trabajo excesivo de búsqueda y dinero para realizarlo, ¿cómo conseguir los fondos y el tiempo para que este tipo de proyectos sean posibles?, ¿cómo hacerlos sustentables?
Alejandra Sánchez Inzunza: Bueno, en este tipo de proyectos cada uno tiene su modelo de negocio y sus formas de salir, hay mucha gente financiada por fundaciones que apoyan el periodismo independiente. Es como el mismo Gatopardo, que apuesta por un periodismo de profundidad a pesar de que otros medios van en el lado contrario o que la tendencia global es cada vez más hacia modelos más superficiales, pero el punto de esta profundidad del periodismo narrativo es que son los textos que ayudan a explicar realmente los fenómenos complejos de la región. Sobre cómo seguirlo haciendo: creo que es una fórmula que todos tenemos que seguir pensando. Pero, sin duda, en condiciones en las que cada vez la prensa tradicional pierde más credibilidad y los medios independientes, y me refiero a TikTok, o sea, ya ni siquiera a medios como Gatopardo o Dromómanos, sino a las plataformas independientes, que son las que están cambiando las formas de informar y de comunicar, es importante encontrar nuevas maneras de transmitir el periodismo de investigación a través de ese tipo de redes.
JO: Y además de buscar nuevas formas de transmitir los trabajos periodísticos, ¿qué otras estrategias falta implementar para contrarrestar la crisis que vive el periodismo?
Alejandra Sánchez Inzunza: No sé, creo que finalmente el periodismo es una cosa que siempre vive en crisis, siempre se están enfrentando distintos tipos de situaciones, desde la precariedad laboral hasta la violencia y los asesinatos de periodistas. Entonces, pues sería encontrar formas de superar esto, desde buscar modelos de negocios más sólidos que nos ayuden a que nuestro trabajo perdure más allá de la publicidad, la oficial, como se acostumbra en México, o hacer mejores redes de protección y de distribución a la hora de publicar cosas graves que ponen en peligro a periodistas. Ese tipo de cosas son las que pueden ayudar a combatir estas crisis.
JO: En cuanto al impacto del periodismo de investigación en las audiencias, ¿qué se espera al publicar estos trabajos?, ¿qué consecuencias se buscan?
Alejandra Sánchez Inzunza: Creo que depende mucho de cada medio, no hay respuestas globales. En el caso de Dromómanos, nosotros pensamos que las comunidades informadas son más activas y exigen más a la hora de vivir en democracia, es decir, son más activas en la toma de decisiones, se involucran más en sus comunidades, entonces eso nos parece un fin: que nuestro periodismo sirva para entender mejor realidades complejas, para empatizar también, para nosotros es muy importante el tema de empatizar, y que esto llegue también a la gente indicada que a la vez toma decisiones y cambia las cosas. Si estás denunciando, no sé, los daños de la política de drogas, pues está bien que esos mensajes lleguen a activistas o a gente que trabaja en políticas públicas que a su vez puedan modificar esas cosas; y tal vez si no hay un buen periodismo, no lo van a saber. Para nosotros esa es la clave, y Dromofest es parte de eso: llevar lo que ya investigamos a otras audiencias, a otro público, que no se quede solamente en lo que se publicó y se olvide tiempo después, sino que sean experiencias memorables y que ayuden a seguir haciendo el mismo trabajo.